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¿Por qué cantar en la escuela?
En la educación musical, el canto debe ocupar el primer lugar (Willems, 2017, p. 184).
Cantar una canción es la forma más simple, directa y universal de hacer música. Una canción es una porción de música a medida del consumidor. Las canciones que interpretamos nos representan, nos confieren identidad, porque son parte del patrimonio común del grupo social al que pertenecemos. Son “alimentos” musicales básicos y las hay de todos los estilos musicales y para todas las expresiones personales. Consumimos las canciones por necesidad consciente o inconsciente. Algunas que otros entonan nos movilizan especialmente y nos motivan e impulsan a cantar. Todas las personas están capacitadas –preparadas, programadas- para ello, igual que para hablar o caminar. El proceso de musicalización se origina en el increíble estímulo que representa para el niño escuchar, desde temprano –incluso desde la etapa prenatal-, la voz y el canto de su mamá (VHG, 2013, p. 27).
El canto desempeña el papel más importante en la educación musical de los principiantes; agrupa de manera sintética –alrededor de la melodía- el ritmo y la armonía; es el mejor medio para desarrollar la audición interior, clave de toda verdadera musicalidad”. Además, contribuye al desarrollo de habilidades vocales, de la sensibilidad y, cuando se practica en grupo, promueve importantes valores sociales (Giráldez, 2014, págs. 62-63).
El canto, actividad, innata del ser humano, posiblemente sea una forma de comunicación anterior al propio lenguaje y existen algunos argumentos en favor de esta tesis. Cuando nacemos, nos expresamos a través del canto (sonidos, lloros, voces). Es el primer intento para comunicarnos con el entorno ya que no hemos aprendido aun un lenguaje formal y así nos resulta más fácil. En efecto, anatómicamente es más fácil cantar que hablar (Jauset, 2017).
Las aportaciones anteriores bastan para justificar la gran importancia del canto escolar, además de lo establecido en la legislación (Decreto 198/2014 por el que se establece el currículo de Primaria en la Región de Murcia).
Cantar es muy necesario para los alumnos, desde que nacen. Por ello, en el CEIP de Fátima hacemos un tratamiento prioritario del canto.
¿Cómo se organiza?
Todos los días se hace un calentamiento vocal en clase mediante ejercicios dirigidos por mí y por una pista de audio con acompañamientos para ejercicios cromáticos, despliegue de arpegios, etc.
Como novedad, desde este curso 2020-2021 se incorporarán ejercicios de polifonía vocal desde primer curso.
Seguidamente, todos cantamos una sencilla partitura leyendo la partitura en la pizarra y con un acompañamiento de piano compuesto por mí, en una pista de audio. Son lecturas melódicas.
Estos ejercicios ya son una rutina establecida en el cole al comienzo de las clases y de la cual participan todos los niños. Además, el contar con pistas de audio que se reproducen con el ordenador para acompañar estos ejercicios me permite acercarme a los niños e ir escuchando a cada uno de manera individual mientras los realizamos. Ello me posibilita realizar correcciones personales a cada alumno que son de gran utilidad.
Después, cantamos la canción prevista correspondiente para cada nivel (o la canción de flauta, según toque).
Es de destacar que todas las canciones de primer y segundo cursos también disponen de un acompañamiento compuesto por mí en forma de pista de audio, lo cual favorece que pueda escuchar a los niños de cerca de forma individual mientras repasamos las diferentes canciones aprendidas durante el curso. Esto es muy importante para dar orientaciones correctas de entonación a cada niño en estas edades tan tempranas.
Estos acompañamientos de las canciones serán compartidos con los padres de primero y segundo en carpetas de Google Drive a través de la aplicación TokApp para que los alumnos puedan ensayar en casa y cantar a sus padres las canciones que aprenden en clase.
Espero que disfrutéis escuchando cantar a vuestros hijos.